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13 Pero todo esto de nada me sirve cada vez que veo al judío Mardoqueo sentado a la puerta real.

14 Entonces Zeres, su mujer, y todos sus amigos le dijeron:

—Hagan una horca de cincuenta codos de altura, y mañana di al rey que cuelguen a Mardoqueo en ella; y entra alegre con el rey al banquete.

Agradó esto a Amán, e hizo preparar la horca.

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